noviembre 28, 2009

Todos tienen besos para ella,
pero nadie tiempo,
tampoco yo
que intento ser
algo más que su madre

noviembre 25, 2009

Busco piano

Ando muscando un piano, "pequeña burguesa" me dice mi compañero de trabajo, medio en serio medio en broma. Es estudiante de sociología y usa toda esa terminología académica que yo he ido desechando. Pero es buen tipo y al final me dice que de los mejores recuerdos de su infancia el de su padre tocando la guitarra es el mejor.
Yo quiero hacer las cosas solo por mí, como dice el Mario, compañero de otro trabajo, primero es uno y luego uno otra vez. Pero no puedo negar que me crece la burbujita de la ilusión esa de perpetuarme en los recuerdos de la Lucía. Tal vez sean sus recuerdos feos los del piano, pero esa clasificación de sus recuerdos es solo suya.
Es gracioso... este presente será su pasado.

No sé como "pts" comprar un piano, no tengo ningún criterio, como siempre que no sé algo y estoy desesperada busco en internet. Nada. Luego pido ayuda. El mail es directo y permite una conversación, incluso con desconocidos, entre informal y directa. Conseguí asesoramiento o al menos entusiasmo que es lo que en realidad estaba buscando, alguién que pueda entender mi interés y lo festeje. Además claro de ayudarme efectivamente.

Todavía tengo mucho de joven, lo sé porque estoy pensando seriamente rifarme la poca plata que tengo en algo extraño, un artículo exótico, pasado de moda, que a casi nadie le interesa. Me esta volviendo esa ilusión por las cosas imposibles, me alegra, me alivia esa sensación que en algún momento de la depresión de la que vengo saliendo sentí ausente. Me dio pánico la ausencia de emoción, de la emoción que da iniciar cosas imposibles.
Cuanto durará? no sé. Por mientras busco piano.

noviembre 24, 2009

Me fatiga este calor opa que se concentra en los cuartos. Los mosquitos promiscuos se multiplican escandalosamente debajo de la cama y detrás de las cortinas, por la noche salen con toda la parentela a oficiar de dráculas.
Dicen que es porque tengo la sangre dulce que ellos me persiguen, ser la confitería de estos bicharracos me tiene harta, contribuye a mi insomnio y a esa sensación de desconsuelo que tengo estos días.
Todo este hastío tropical me ha paralizado, me quedo frente a la pantalla blanca por horas, colgada, congelada como en los juegos de chica. Me toma mucho escribir una palabra, me estoy forzando a no dejarme, a completar una oración, a no abandonarme.
El calor sigue, no queda nada de la lluvia de anoche solo el vapor metiéndose entre la piel y la ropa. Al menos la Lucía durmió bien, por primera vez toda la noche de corrido. La espalda se le humedece , los mosquitos la acosan, pero ella despierta siempre nueva como si acabaría de llegar al mundo.